Los Animales marinos más raros
LOS ANIMALES MARINOS MÁS RAROS,
Tiburón volante
Conocido también como tiburón anguila o clámide, el tiburón volante es una las especies más antiguas, ya que todavía conserva algunas de sus características primitivas. Su color es marrón oscuro, puede alcanzar una longitud de hasta 4 metros y cuenta con aletas dorsales, pélvicas y anales.
Su nombre viene de los volantes que rodean a sus hendiduras branquiales y se suelen alimentar de cefalópodos, otros tiburones y algunos peces.
Además, su estrategia de caza es similar a las de las serpientes, ya que doblan su cuerpo y se abalanzan sobre su víctima. Su hábitat es muy irregular en los océanos Atlántico y Pacífico.
Psychrolutes microporos
Este sin duda es uno de los animales marinos más extraños. De hecho, lo que pocos saben es que su aspecto gelatinoso se debe a que este tipo de pez vive a unos 1.000 metros en las profundidades del océano, donde la presión es mucho mayor, de ahí que su cuerpo tenga una densidad menor que le permita flotar en el fondo marino casi sin gastar energía en sus movimientos.
Por otra parte, el Blobfish o pez mancha, como también es apodado este simpático animal, vive en zonas de Nueva Zelanda y Australia, aunque prácticamente es un desconocido debido a la inaccesibilidad de su hábitat.
Arothron meleagris
Este precioso pez de pequeñas manchas es el Arothron meleagris, perteneciente a la familia Tetraodontidae en el orden de los Tetraodontiformes.
Su cabeza es de forma roma con hocico corto y tiene unos dientes bastante grandes para su tamaño. Puede llegar a los 65 centímetros, dispone de aletas dorsales y anales, así como de una aleta caudal larga y redondeada.
Otra curiosidad, es que cuando este animal se encuentra en peligro, es capaz de absorber agua hinchando su cuerpo hasta convertirse en una gran esfera para así imponer más a sus depredadores.
Su distribución abarca desde el África Oriental hasta la isla de Pascua, concretamente en climas tropicales por áreas con arrecifes de coral.
Cangrejo Yeti
Este peludo cangrejo, científicamente conocido por Kiwa Hirsuta, es un crustáceo que se ha descubierto relativamente hace poco, en el año 2005 en unas fuentes hidrotermales a 2.300 metros en las profundidades del océano de la isla de Pascua.
Su tamaño oscila los 15 centímetros de largo, es ciego, tiene una tonalidad blanquecina y se encuentra cubierto por unos filamentos sedosos que están cubiertos de bacterias.
Aunque todavía no se conoce muy bien la función de estas bacterias, se cree que sirven para evitar que el cangrejo se intoxique con las sustancias venenosas de los minerales que lo rodean.
Dragones de mar
El dragón de mar foliáceo es una especie perteneciente a la familia Syngnathidae y su aspecto es uno de los más elegantes de los océanos.
Su distribución alberga las costas este y sur de Australia y se encuentran en peligro de extinción. Al igual que muchos otros animales, intentan mimetizarse con el entorno y por ello su cuerpo parece estar formado por algas marinas.
Pulpo Dumbo
Su parecido al mítico elefante volador ha hecho que el Grimpoteuthis, perteneciente al género de los moluscos cefalópodos del orden de los octópodos, sea más popular por el nombre de pulpo Dumbo.
Este animal posee unas aletas en su cabeza que al impulsarse al nadar, parece que está volando al igual que elefante de Walt Disney.
Su tamaño puede llegar a los 20 centímetros y vive en zonas de entre 3.000 y 5.000 metros de profundidad en las profundidades del océano de zonas como Filipinas, Nueva Zelanda, Australia y Papúa.
Pez hacha o Argyropelecus gigas
Otro de los animales marinos más terroríficos de los océanos Atlántico o Pacífico es el pez hacha.
Este animal vive a unas profundidades superiores a los 600 metros y su tamaño oscila en torno a unos 15 centímetros.
El Argyropelecus gigas tiene unas interesantes características que lo han ayudado a adaptarse al fondo marino, y es que es capaz de hacerse prácticamente invisible.
Su color oscuro le permite mimetizarse a la perfección y su órgano fósforo que emite luz, recrea unos reflejos similares a los que se ven si se mira a la superficie del agua cuando se está sumergido.
De esta forma, el pez hacha aprovecha esta gran ventaja para que sus presas no le vean y se queda acechando mirando hacia arriba hasta que detecta mediante el contraste de la luz una presa a la que devorar.
Comentarios
Publicar un comentario